Un 4 de octubre con una temperatura espléndida gracias a una mañana soleada, se llevó a cabo esta ceremonia en Madrid. La iglesia jesuita de la parroquia San Francisco de Borja, en el barrio de Serrano, fue el lugar elegido por los novios para esta ocasión tan importante.
María Jesús, era madrina por primera vez en la boda de su hijo Manuel.
Llevó un vestido hecho con seda natural de la conocida casa de tejidos, José María Ruiz. El verde resaltaba el color de sus ojos y de su pelo rojizo. El traje era cerrado en la espalda y con un escote en forma de V que resaltaba su figura. Una manga tres cuartos con abertura lateral, le daba al vestido el look perfecto para una boda de otoño.
Huyendo del clásico broche de cristales con el que se aderezan la gran mayoría de las madrinas, buscaba una aplique elegante y absolutamente diferenciador frente a la sencillez de su vestido, para lo que acudió a Carmen María Mayz.
Desde el principio tuvo claro que no llevaría peineta y mantilla, por lo que después de pasearse por todo Madrid, decidió ponerse un tocado elaborado por una artesana mejicana que Carmen María Mayz revistió con detalles a juego con la aplicación del vestido. Estaba elaborado con capullos de cristal, plata y porcelana fría.
El resultado de todo el conjunto fue maravilloso. En un día que marca un antes y un después en la vida de una madre, no podía ser menos. Después de todo... no todos los días se entrega un hijo al altar.